La sala: consideraciones sobre iluminación.

 

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La percepción global del espacio es determinante para la experiencia del visitante, la luz es el componente esencial de la exhibición que hace posible tanto la visión del conjunto como la del detalle.

Las siguientes son algunas consideraciones a tener en cuenta sobre
la iluminación de salas:

  •  Considerar y evaluar la arquitectura del museo o de la sala dentro de la planificación de la iluminación, particularmente en las casas o edificaciones históricas.
  • Detectar las condiciones y el potencial de la iluminación natural del edificio y considerar aquella que revele la estética propia de la sala.
  • Conocer la orientación, el desplazamiento y la duración de la luz natural diurna. Esto permite detectar las áreas interiores que son iluminadas por el sol.
  • Conjugar y coordinar la luz artificial con la luz natural controlada, de forma de que entre ambas se establezca una ambientación adecuada.
  • Tener en cuenta la diferencia de color entre la luz diurna y la luz artificial (niveles de calidez y frialdad de la luz).
  • Impedir el ingreso y la exposición a la luz solar directa sobre las vitrinas, los objetos, cuadros, fotografías, mobiliario, gráficos y textiles expuestos. Solo la luz natural cenital, difusa y debidamente filtrada, es recomendable.
  • Bloquear el resplandor que entra por puertas y ventanas utilizando cortinas, persianas, postigos o colocando filtros en los vidrios.
  • Crear áreas de transición lumínica hacia el espacio de la exhibición facilita a los visitantes la adaptación paulatina de la visión. Por ejemplo: el oscurecimiento progresivo del hall de ingreso, pasillo, vestíbulo o antesala.
  • Tener en cuenta y corregir los reflejos que se pueden generar sobre los materiales de las superficies de techos, paredes, pisos, vidriados de vitrinas y de cuadros, puertas y ventanas, etc.
  • Controlar y evitar el deslumbramiento que puedan provocar los reflejos y las mismas fuentes de luz artificial y natural ubicadas dentro del campo visual del recorrido. El deslumbre provoca que el ojo no pueda adaptarse a la baja intensidad de las luces de la sala.
  • Corregir las fuentes luminosas artificiales situadas frente a la vista del observador (deslumbramiento directo) utilizando pantallas o difusores para evitar la visión del cuerpo brillante de las lámparas.
  • Instalar un circuito de luz general independiente para encender durante las tareas de mantenimiento y limpieza. Apagar las luces de la exhibición cuando no hay visitantes puede ahorrar en el consumo eléctrico y en horas innecesarias de exposición puntual sobre los objetos.
  • Colocar la caja de llaves y control de la iluminación cerca de la puerta de entrada. Las mismas deben ser accesibles sólo para el personal a cargo del museo.
  • Revisar periódicamente la correcta disposición y el direccionamiento de las luces.
  • Programar limpieza periódica del sistema de iluminación, la mayor pérdida de luminosidad de la instalación proviene de la suciedad depositada sobre las lámparas.
  • Registrar en la Guía de Procedimientos la secuencia de acciones de encendido y apagado, indicar los sectores y las llaves correspondientes a cada uno. Indicar claramente en el tablero el sector para cada llave y acompañar con el plano de ubicación en sala.
  • Solicitar asesoramiento para la instalación de luces e indicadores de emergencia.
Compilación y redacción Tam Muro.
 1 David Vincent. "Los invasores". 1967, 1968.