Las exhibiciones que se van diseñando se conversan, se comparten, se explican, pero antes que nada se hacen visibles, se dibujan.
Una y otra vez, se bajan al papel las descripciones que de otro modo se diluirían en en el aire. De esta manera para los demás se establece un horizonte para la abstracción e interpretación de esas ideas; también así el diseñador va tomando posesión del territorio.
Se afirma: al dibujar las ideas liberamos espacio en la cabeza para las nuevas.
Porque de esta forma nada se pierde, de últimas, habrá veces en que alguna solución la rescataremos del cesto de papeles.